Espejito, espejito, ¿cuál es el futuro del retail?
Los espejos interactivos están llegando a muchas tiendas a nivel mundial y están cambiando la relación de los consumidores con las marcas que los usan. ¿La meta? Mantener a los consumidores conectados y hacerlos sentir seguros de las compras que están por realizar. Te presentamos una innovación que podría cambiar el futuro del retail.
La tecnología en el mundo del retail
Ya hemos hablado de los vestidores inteligentes. Estos cuentan con sensores RFID que identifican las etiquetas de la ropa que los consumidores se prueban. Si este necesita una talla diferente, o quisiera probarse algo en un estilo similar, puede tocar un botón en un espejo/pantalla táctil.
Pero ahora llegaron los espejos interactivos y estos ofrecen incluso más oportunidades para las marcas. Estos pueden combinar lo mejor del mundo offline (probarte la ropa antes de comprarla) con lo mejor del mundo online (recordatorios de aquello que te gustó pero no compraste).
Beneficios de los espejos interactivos
Los espejos interactivos pueden recolectar data que las marcas no podrían adquirir de otra manera. Millones de personas ingresan a sus tiendas, pero una vez que se van, es imposible saber qué sucedió. Los espejos interactivos ofrecen las ventajas del e-commerce y lo combina con recomendaciones en el mundo físico. Así, pueden entender qué productos están siendo elegidos para probarse, pero no están siendo comprados. Pueden entender qué ítems se combinan con cuáles, cuáles son más populares en una cierta talla, etc. Es una gran manera de analizar tendencias y stockear las tiendas acorde a esto.
También simplifica y mejora la experiencia para los consumidores. Con los espejos MemoMi, pueden probar cosméticos sin usarlos y tener la certeza de que un color nuevo les quedará bien. Lo mismo sucede con tintes de pelo.
Con los espejos HiMirror para el hogar, pueden saber si un tratamiento para la piel está teniendo lo efectos deseados.
Pero además, todos estos espejos interactivos son una opción más cómoda para probarse otros modelos o colores de un mismo ítem de ropa. O incluso eliminan la necesidad de pedirle a un representante de ventas que saque unas gafas o lentes de un escaparate para poder probárselos, por ejemplo.
Adicionalmente, brinda un punto de contacto adicional. Supongamos que un cliente ingresa sus datos para poder usar el espejo interactivo. Luego de su compra, podrían enviarle por e-mail recordatorios de qué se probó o hacerle sugerencias de ítems similares a los que llevó a casa.
Pero, ¿los consumidores lo utilizarán?
Se habla mucho de una saturación tecnológica. Y es cierto, para algunos consumidores, todos los aparatos inteligentes e interactivos pintan una imagen similar a Big Brother. Sin embargo, aquellas innovaciones que realmente aporten valor a través de la tecnología superan incluso las curvas de aprendizaje más duras.
Sabemos que los consumidores aún prefieren el ritual de probarse las prendas antes de comprarlas. Por esto las tiendas físicas no desaparecerán en ningún momento cercano. Pero con tantas opciones digitales, que ofrecen beneficios como envíos en el mismo día o devoluciones sencillas, la pregunta esencial para que estas tecnologías sean bien recibidas es: ¿cómo puedo hacer que la experiencia en el mundo real, sea similar o mejor que la del mundo online?
Estas mejoras pueden atraer a los consumidores a las tiendas. Pero depende de qué tan eficiente sea la tecnología y lo útil que sea para los compradores. De lo que sí podemos estar seguros es que estas innovaciones son una ventaja sobre los competidores. Y cualquier cosa que ayude a magnificar la experiencia para el cliente es algo bueno.