Gender fluid, un nuevo reto para las marcas
Replantearse. Esa parece ser la alternativa de las marcas que quieren mantenerse en el tiempo, respondiendo a las nuevas audiencias y a los cambios sociales que están sucediendo. Desde sus productos y servicios, hasta su comunicación, el cambio debe ser conceptual para poder llegar a los consumidores que siguen nuevas tendencias y se comportan de manera distinta.
Uno de los cambios más relevantes, que cada vez más consumidores exigen que sea tomado en cuenta, tiene que ver con el género.
Según la firma de research Canadean’s, los roles tradicionales de género jugarán un papel menos prominente en las vidas de los consumidores en unos 10 años. El estudio de la firma sugiere que los millennials no se ven afectados, como las generaciones anteriores, por nociones fijas de género o sexualidad.
El concepto de gender fluid entra a la sociedad cada vez con más fuerza. Algunos jóvenes se están identificando bajo ese término, entre ellas la estrella de Orange is the New Black Ruby Rose, la cantante Miley Cirus y el hijo de Will Smith, Jaden. Ellos sienten que su identidad de género no está ligada a los conceptos de femenino o masculino, o cambian constantemente entre ambos. Según Colin Nash, jefe de programación de MTV, citado por Variety, “gender neutral es lo nuevo… Lo trans se siente como algo lejano para nuestra audiencia”.
Así, algunas marcas buscan crear nuevas alternativas para llegar a esta audiencia, hablándole directamente y respondiendo a sus necesidades. Zara es una de ellas. En marzo pasado, la marca española presentó una línea unisex pero no tuvo tanto éxito. Las prendas de esa colección fueron criticadas por decenas de usuarios en las redes, que decían que Zara no había entendido el concepto, creando piezas planas y sin emoción.
En cambio, Louis Vuitton logró un mejor resultado con su propuesta. La casa de moda creó una línea de prendas adaptables a hombres y mujeres, que no responden a estereotipos sino que buscan quedar fuera de lo femenino o masculino.
Otras marcas que han respondido a este giro del mercado son Tomboy y Selfridges, buscando innovar en sus patrones tradicionales, con el fin de mostrar productos distintos que juegan con la diversión de poder vestir lo mismo hombres y mujeres.
Pero el reto no está sólo en los productos, las marcas de servicios también deben pensar en cómo acoplarse a esta tendencia. Y el desafío es aún más grande: ¿cómo comunicarse con este grupo sin caer en la discriminación? La respuesta está en la generación de contenidos inclusivos con un acercamiento de género neutro.