Rompiendo fronteras: un researcher en Centroamérica
Decisión, buena planificación y apoyo de la familia. Eso es lo que Alfredo Paz y Miño cree que se necesita para cumplir el sueño de muchos de triunfar profesionalmente fuera del país. Él es Director Regional General para Centroamérica y el Caribe de Kantar Ibope Media en Ciudad de Panamá.
La carrera de este ingeniero comercial empezó en empresas de consultoría como Price Waterhouse & Co.; y Asevedo y Asociados. Luego, en 1995, inició con ACNielsen como Ejecutivo de Servicio al Cliente, creciendo internamente en la empresa, pasando a ser, primero Ejecutivo de Cuentas Internacionales y luego Gerente General en Panamá. “Luego hubo un cambio en la empresa en el 98 y desde ahí llevo trabajando con Kantar Ibope Media; primero como Gerente General en Panamá, luego como Director Regional abriendo mercados de Centroamérica y el Caribe, hasta la fecha”, cuenta Alfredo.
Recuerda que desde el inicio su sueño era llegar a dirigir una empresa; se lo propuso y lo logró. “Para mí es cuestión de no dejarte vencer por los obstáculos, el desánimo o el miedo a tomar decisiones, establecer una visión a largo plazo e irte adaptando al medio”.
La oportunidad de Centroamérica llegó a su vida como “un ensayo temporal” por dos años pero “lo que inició como un ensayo, terminó siendo un mercado muy interesante y lleno de oportunidades”. Dice que lo tomó como un reto porque le gustan los desafíos; y abrió Panamá como base para luego ir abriendo países de la región Centroamericana y el Caribe. “El área de investigación me es tremendamente atractivo, porque puedes explorar y recabar datos en general y convertirlos en información específica y valiosa para la toma de decisiones de los distintos tipos de organizaciones”, dice.
En estos 20 años de experiencia, ha aprendido a conocer las diferencias y similitudes del consumidor ecuatoriano con el de la región que maneja. “Si hablamos de Ciudad de Panamá en comportamiento de consumo, cultura y hábitos, se parece mucho a Guayaquil. Pero con relación a Quito, es diametralmente distinto, el guatemalteco o salvadoreño se parece más al quiteño; el costarricense es otra cosa, hay que explorar la educación, el medio, la política, la sociedad, la cultura, para determinar semejanzas o diferencias”. Para este researcher, cada caso es un mundo aparte y uno debe ser muy responsable en eso.
En estas dos décadas no ha hecho más que crecer y potenciarse profesionalmente. “Generalmente te marcan los clientes que son un reto para ti, ya sea porque son complicados o porque son muy buenos en lo que hacen”. Para Alfredo, todos sus clientes han tenido puntos valiosos y de todos ha podido aprender algo que le ha ayudado a perfeccionarse. “Yo suelo decir que los conflictos son oportunidades que uno tiene para sacar otra maestría”.
Por ahora, volver a Ecuador no es parte de sus planes. Siente que aún tiene mucho por aportar a la región y a Latinoamérica en general. Su objetivo es desarrollar y contribuir con el conocimiento adquirido en la formación de profesionales de primer nivel dentro del área de la investigación.