Los tiempos cambian y Barbie se adapta al mercado actual
Por primera vez en 57 años, Mattel decidió reconceptualizar a la mítica Barbie. Las largas y delgadas piernas, las irreales medidas, el lacio pelo (rubio, negro o castaño) ya no caracterizan a la amada —y también criticada— muñeca.
La transformación es completa, implica un cambio del ADN del producto. En total, la nueva Barbie tendrá cuatro tipos de cuerpo: clásica, petite, alta y curvilínea. Además, estará disponible en siete tonos de piel, 22 colores de ojos, y 24 peinados (y colores de pelo) diferentes. Esto creará, al final, una variedad de 33 muñecas distintas.
La noticia inundó las redes sociales, la mayoría de mensajes celebraba la acción de Mattel, que se estaba quedando atrás compitiendo con la incursión de muñecas más realistas en un mundo en el que el discurso de «mujeres reales» se vuelve cada vez más fuerte.
Antes de esta gran acción de rebranding, la empresa estuvo optando por ligeros esfuerzos, notados por los consumidores. El año pasado la marca le apostó con fuerza a las redes sociales, sobre todo en YouTube con campañas de marketing protagonizadas por influencers. En noviembre lanzó un spot donde aparecía —por primera vez— un niño en la promoción de la edición limitada de la Moschino Barbie, rompiendo con los estereotipos de géneros hasta entonces establecidos por la marca; dando también en esa ocasión, mucho de qué hablar.
Pero esta vez, la gran decisión de cambio coincide con un punto de quiebre para Mattel: la pérdida de un negocio por USD 500 millones con Disney por la representación de las princesas.
La presión de la empresa por generar ingresos se volvió mayor, mientras el mercado demanda otro tipo de productos más inclusivos. Reinventarse parecía ser la apuesta innegable de Mattel para no perder su posicionamiento en el mercado. ¿Será el movimiento adecuado?
https://www.youtube.com/watch?v=vPETP7-UfuI