David Bowie: El innovador que vendió su mundo
Músico de profesión, innovador por naturaleza y marketer de una inconfundible marca personal: David Bowie trascendió en la música y transgredió al status quo.
La visión para regenerarse constantemente y evolucionar su música lo convierten en un artista que crea un antes y después en su industria, a la que revolucionó con sus ideas.
La música en contexto
El primer gran hit de Mr. Bowie, vino de la mano de un suceso aclamado internacionalmente, el primer alunizaje del hombre. Su ingenio lo llevó a lanzar el tema “Space Oddity” unos cuantos días después del evento. Gran jugada. La canción se convirtió en tal sensación que hasta la BBC la usó para la cobertura de “El hombre en la Luna”. Aprovechaba los sucesos mediáticamente gigantes para los lanzamientos de productos o marcas.
El público sabe lo que quiere
Su camaleónica personalidad siempre fue cambiando con los tiempos y con el público, adaptándose a los géneros, creó varias personificaciones en escena que lo llevaron a ser ícono de varías subculturas. Esto se refleja en la gran cantidad de estilos musicales explorados y los millones de discos vendidos. Siempre atento a su audiencia, su evolución musical demuestra que hay que darle al cliente lo que pide.
Un extraordinario storytelling
Su música no solo destacó por melodías pegajosas sino por las historias, que luego se ponían en escena en cada uno de sus impresionantes shows. David estudió artes escénicas para llevar a la realidad a los personajes de los que hablan sus canciones. Algunos de sus más famosos personajes son Ziggy Stardust, The Thin White Duke y el legendario Major Tom, con quienes estremeció el status quo no solo de la música sino de la moda, al convertirse en uno de los primeros artistas andrógenos.
Un legado al diseño y la moda
Incansable como los grandes genios, Bowie reinventó la industria del diseño y la moda con sus audaces atuendos andróginos y sus interestelares estilos dignos de The Man Who Fell To Earth. Su talento llegó a la riqueza visual de las portadas de sus discos, una clara mezcla de arte y publicidad para alcanzar una fortuna de USD 230 millones. David tenía un instinto para la elegancia y es un ejemplar del poder del branding y el buen diseño.
Esta leyenda deja en su paso por el planeta una carrera llena de creatividad para vendernos el mundo que creó con las letras de su música, la poderosa imagen alrededor de su persona y esa naturaleza reinventora que lo convierten en un ícono de la cultura pop y uno de los mejores músicos que haya utilizado la fuerza del marketing para potenciar su música.