El reconocimiento facial llegó al retail
Cientos de consumidores visitan la tienda de tu marca cada día y una de las medidas de seguridad que adoptas para proteger tu inventario es el circuito cerrado, pero ¿cuáles son las probabilidades de que en efecto encuentres a las personas que sustrajeron artículos? Olvida las cámaras de seguridad, porque el reconocimiento facial llegó al retail.
La tecnología no es nueva, pues la policía y milicia la han utilizado por años, al igual que Facebook y Google para tags en fotos, pero su vertiginoso uso en tiendas sí lo es. Con antecedentes como que en Reino Unido, el shoplifting asciende a 326,464 entre abril de 2014 y marzo de 2015, es de esperar que estas malas prácticas no paren de crecer, mientras que los ladrones usarán nuevos trucos para llevarse los ítems de su preferencia en cuestión de segundos e incluso coordinar el acto vía social media.
Para contrarrestarlo, el reconocimiento facial servirá para captar imágenes, enviarlas a una base de datos de conocidos shoplifters y si hay una coincidencia, el gerente de tienda o los oficiales de seguridad recibirán una notificación en su celular para proceder de acuerdo a lo que establezca la tienda. En un programa piloto por ejemplo, las puertas de una joyería en Rotterdam cerrarían la tienda una vez identificado el ladrón dentro de ella.
Pero la aplicación de esta tecnología no sólo es para experiencias negativas, pues también puede usarse para clientes leales o aquellos que tienen un alto gasto, de manera que se les otorgue descuentos o tratos especiales.
El debate que probablemente surja a medida que el reconocimiento facial se masifique para las marcas de retail, será el marco ético y de privacidad involucrado, ya que en la mayoría de casos es probable que los consumidores ni siquiera estén al tanto de que sus rostros se están conservando en una base de datos.
No obstante, el mercado global de esta tecnología ya ascendió a $1.3 miles de millones en 2014 y se espera que para 2022 esta cifra se duplique. En resumen, el reconocimiento facial ya no es ciencia ficción, es un gran negocio.