#RompiendoFronteras con Carlos Castillo: Cuando ser intencional lo cambia todo
Carlos Castillo es uno de los muchos compatriotas que hoy triunfa en uno de los mercados más competitivos del mundo: el estadounidense.
Hace 20 años, haber tenido uno de los pasos más exitosos por Deloitte, la empresa de consulting más importante del mundo, y estudiar en las más prestigiosas universidades de EE.UU., parecían sueños inalcanzables.
Hoy como Head of Business Operations de Pvolve, una high growth startup que combina tecnología, bienestar y fitness, reflexiona en el impacto que han tenido sus perspectivas y cualidades personales (entre ellas la ecuatorianidad) en su éxito profesional y personal (porque él nunca los desvincula).
Conozcamos más a fondo cada una de ellas.
Crear conexiones, donde nadie ve los puntos
Sería muy fácil pensar que al iniciar nuestras carreras tenemos que consagrarnos a un área específica en la cual volvernos expertos, para no ser solo necesarios, sino irremplazables. Pero Carlos cree cada profesional debe tener un período de exploración.
Nuestro compatriota lo denomina generalización intencional.
Consiste básicamente en determinar varios rasgos de interés que vayan fortaleciendo el conocimiento personal de los talentos.
Cuando lo hacemos así, asegura Carlos, primero se evita la amargura de invertir esfuerzo y sacrificar tiempo en trabajos que no nos gustan.
Segundo, ante un mundo tan cambiante como el actual que obliga a la adaptabilidad constante, ser un generalista, permite desarrollar los “músculos” con los que hacer transiciones más orgánicas.
¿Estás diseñando tu carrera?
Pero cualquier mente curiosa no puede convertirse en un generalista intencional; la sobrecarga de información lo abrumaría.
¿Cómo lo logró Carlos?
Planificando su carrera.
En su filosofía profesional, la carrera se tiene que mirar como una empresa que prepara un horizonte para los próximos 4/5 años. En su propia experiencia esto ha determinado para Carlos, su grado en Ingeniería Industrial, sus 2 exitosos pasos por Deloitte, su MBA, y su actual rol de liderazgo en Pvolve.
Cada uno de estos ciclos ha venido con un objetivo especifico detrás: en su primer período en Deloitte, por ejemplo, Carlos se dedicó a absorber la mayor cantidad de hard skills posibles. Además, el trabajar bajo la mirada de varios jefes, lo hizo determinar qué estilos de liderazgo no quería imitar cuando llegara su momento de tener un equipo a cargo.
Luego, tras 4 años muy demandantes, y auspiciado por el propio Deloitte, fue aceptado en la Kellogg School of Management de la Universidad Northwestern. Allí profundizó en finanzas, marketing, data analytics y más, además de expandir su red profesional,
Cuando terminó este MBA, y regresó a la empresa, se convirtió en el líder detrás del team de Tech Strategy (una intersección entre tecnología, operaciones y estrategia). Y estando en el cargo, se dedicó ahora a desarrollar entonces sus soft skills.
Éxito = Libertad
Carlos se encontraba en la cima del mundo en Deloitte; estaba sin dudas #RompiendoFronteras. Pero después de 5 años, llegaba una vez más el momento de evaluar su carrera y en ese instante, su concepción sobre el éxito lo hizo tomar una decisión clave.
Y es que para Carlos, triunfar en la vida está directamente relacionado con la posibilidad que tenemos de poder decir no a lo que no se alinea con nuestras prioridades y un mayor acceso a decir sí a aquello que amplifica nuestro bienestar.
A cientos de kms de la oficinas de Deloitte, haciendo trekking en los paisajes más maravillosos de Nueva Zelanda, la respuesta clara fue “no”.
Esto desencadenó en una espera (larga, pero voluntaria) de 18 meses, hasta encontrar el próximo gran reto de su carrera: unirse al equipo de Pvolve, como uno los miembros del scaling team.
Del handicap a la oportunidad.
Pero la historia profesional de Carlos no se detiene; seguirá evolucionando todavía más en Pvolve, porque sus sueños son grandes, y su ambición todavía más.
Pero al proponerse estas metas, Carlos no se olvida de Ecuador. Y es que la culminación de todos estos proyectos deriva en poder contribuir a un big exit de una compañía ecuatoriana y crear valor en forma de productos, servicios, empleos y crecimiento para el país.
Todo porque nuestro compatriota ha tenido siempre algo muy claro: su ecuatorianidad es esencial en su éxito actual; lo ha sido en cada etapa de su carrera.
Invitad@s por el testimonio tangible de Carlos, es momento de dejar de ver nuestro origen como un handicap, y redescubrir las razones por las que se convierte en un asset muy, pero muy valioso.
Gracias Carlos. Seguro seguiremos escuchando mucho sobre ti.