La trampa de estar “siempre ocupados”

 La trampa de estar “siempre ocupados”

A pesar de lo demandante que pueda ser nuestra industria: horas interminables, deadlines imposibles y sacrificios duros, la mayoría de nosotros amamos nuestro trabajo. “Work hard, play hard” es prácticamente nuestro mantra. Y aunque el trabajo nunca termina para nadie, poder decir “ando a full” se ha convertido en un símbolo de status. Después de todo, no hay algo peor que no tener nada que hacer, ¿cierto?

Así, cuando alguien lo dice, muy pocas veces es realmente una queja, más bien es una prueba de que se está esforzando. Entonces, ¿hemos caído en la trampa de creer que ser exitoso es sinónimo de estar siempre ocupado?

Conversamos con tres miembros de nuestra industria: José Pardo, Jefe de Marca de La Fabril; Verónica Granda, Gerente Comercial y de Mercadeo de Gworkshop Design; y Eddy Cepeda, Gerente de Marca Pilsener de Cervecería Nacional; para saber qué piensan de la relación que usualmente mantenemos con el trabajo. A sus opiniones, le sumamos el expertise de Alejandra Marín, Psicóloga y Arteterapeuta, para ayudarnos a comprender mejor cómo manejar las exigencias que nosotros mismos nos ponemos.

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Todo es cuestión de equilibrio

Vivimos en una era en la que el equilibrio entre el trabajo y la vida puede parecer una hazaña imposible. La tecnología hace que los trabajadores estén disponibles 24/7 y los temores de pérdida de empleo incentivan a muchos a permanecer más horas en la oficina. Nuestra industria, en particular, está formada por personas muy apasionadas. Y esto suma un factor más al desbalance: la satisfacción que nos llevamos cuando logramos lo que nos proponemos puede alejarnos de otras prioridades como relaciones, salud y felicidad en general. Sin embargo, José Pardo, aun siendo el único que se considera workaholic en el grupo, destaca que “nuestra vida no puede ser sólo trabajo profesional”.

El equilibrio es esencial, todos lo sabemos. Pero este significa algo diferente para cada individuo, principalmente por los roles que cada uno tenga fuera del trabajo y las metas que desee para su futuro. “[La relación con esta industria] se vuelve tóxica cuando las exigencias y demandas alejan al trabajador del equilibrio emocional y del control sobre su propia vida”, aclara Alejandra Marín, por lo cual depende de nosotros encontrar el balance correcto.

JOSÉ PARDO

A pesar de lo obvio que esto suena, el estrés se ha convertido en la enfermedad icónica de nuestro siglo. No tener nada por hacer es mal visto, mientras que quedarse hasta tarde en la oficina es señal de compromiso. Si no nos creen, piensen en todas las veces que han escuchado un “¿medio tiempo?” cuando alguien se va a las 6 a casa. Y es que “aquí en Ecuador hay aún un concepto ‘no actualizado’ del esfuerzo. Sólo si uno ‘suda’ para lograr algo, se entrega a ello 24/7, lo merece.”, menciona Alejandra.

EDDY CEPEDA

¿Cuál es la diferencia entre estar ocupado y ser productivo?

Muchas de las personas más exitosas del mundo tienen horas en el día para manejar múltiples negocios simultáneamente, descansar, ejercitarse, etc. “Estar siempre ocupado regularmente es problema de falta de priorización más que cualquier otra cosa”, destaca Eddy Cepeda. Y es que la clave está en preferir la calidad sobre la cantidad de tiempo que se dedica a cada cosa.

¿Cómo salir de la trampa?

La realidad es que, a pesar de que el trabajo nos permita darnos un estilo de vida determinado, no es nuestra vida entera. Es importante saber combinar las horas de oficina con tiempo para familia, amigos, pareja, hobbies, etc.

VERONICA GRANDA

Poder definir metas personales y entender qué nos importa realmente es imprescindible para determinar si en algún momento nos estamos excediendo. Pero saber manejar el estrés diario es aún más importante. Existen múltiples actividades que ayudan a liberar tensiones y los talleres artísticos son unas de las opciones. “Alivian la ansiedad, entretienen, favorecen la concentración, desarrollan la autoestima, dejan libre a nuestro niño interior, etc. Y esta reducción de estrés, mejora la calidad de vida y del trabajo.”

Finalmente, Alejandra Marín, nos comparte una guía clara para salir de la trampa en la que nos hemos metido.

Amamos nuestro trabajo y eso no va a cambiar. Pero para poder disfrutarlo más tiempo, debemos asegurarnos de que otros aspectos de nuestra vida no se vean perjudicados. Así que, la próxima vez que sientas que te estás volviendo loco de lo ocupado/a que estás, piensa si lo que estás haciendo realmente sirve para cumplir tus metas. Y si aun así te sientes abrumado, quizás un poco de arte sea la solución.

Pesantes Denise

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