Iconic Brands: la creatividad imparable de Moleskine

Moleskine ha sido una de las marcas preferidas de artistas e intelectuales durante las últimos dos siglos. Y en un mundo digital, esta marca ha logrado mantener una conexión excepcional con sus consumidores. ¿Cómo? Evocando cuatro valores clave: imaginación, cultura/viaje, memoria e identidad personal.

Para llegar a sus audiencias, Moleskine rara vez opta por la publicidad tradicional. Más bien, deja que sus consumidores se conviertan en embajadores de marca y apuesta por el co-branding para generar ediciones limitadas sorprendentes.

La razón de ser de Moleskine

Esta marca refleja la pasión de sus consumidores de poder capturar experiencias e ideas en cualquier lugar, en cualquier momento. Es por esto que Moleskine ha optado por basar su branding en storytelling; compartiendo historias de personas llenas de ideas y vivencias, gente creativa, apasionada, glamorosa, productiva, nómada e intelectual.

Puede que una de estas libretas no sea imprescindible o siquiera necesaria, pero cuando una Moleskine llega a tus manos, sientes una conexión con gente asombrosa y te sientes ligeramente más poderoso. Y eso es suficiente para convencerte de comprar, usar y atesorar una.

El poder del storytelling

Esta narrativa es un componente integral de la marca, pues sin ella, serían una empresa más de cuadernos. Hemos copiado a continuación un fragmento de la historia, en sus propias palabras, para demostrarles lo poderoso que puede ser el storytelling al construir una identidad. A ellos les gusta tanto compartir este texto, que lo incluyen impreso en cada libreta que venden.

“Moleskine  es el heredero del legendario cuaderno de notas utilizado por artistas e intelectuales de los dos últimos siglos, desde Vincent Van Gogh a Pablo Picasso, pasando por Ernest Hemingway y Bruce Chatwin. Un sencillo rectángulo negro de puntas redondeadas con una goma elástica que sujeta las cubiertas y un bolsillo en el interior. Se trata de un objeto algo anónimo, pero tan esencial que resulta perfecto. Durante más de un siglo se fabricaba en un pequeño taller francés que abastecía a las papelerías parisinas a las que acudían artistas y escritores internacionales de vanguardia”.

¿Cómo los hace sentir? ¿Inspirados? ¿Nostálgicos? ¿Emocionados por capturar detalles y anotar todos sus sentimientos y experiencias? ¿Listos para crear?

Los reyes del co-branding

Esta marca ha hecho en los últimos años un trabajo increíble al interactuar con sus consumidores. Es más, ha creado una gran familia, en la que los consumidores, los artistas, diseñadores y arquitectos que contribuyen a personalizar productos y la marca importan por igual.

Sin embargo, el logro más destacable es su entendimiento del consumidor y la aplicación de esto en su estrategia de co-branding. Uno de los pilares de la marca es la identidad personal y muchas veces, cada persona elige reflejar esta a través de la cultura popular. Es por esto que Moleskine ha creado ediciones limitadas para todos los gustos.

¿Cómo ha sobrevivido esta marca a la era digital?

Es fácil pensar que una empresa que se dedica a vender cuadernos fracasaría. Sobretodo cuando tenemos smartphones y laptops que prácticamente eliminan la necesidad de usar papel. Pero la realidad es que esta marca no se dedica a vender papel o libretas. Está en el negocio de conectar culturas, ideas y sueños.

Su presencia digital se basa en comunidades, en la recolección de inspiración y recursos creativos y productivos; mientras que su enfoque tecnológico gira en torno a accesorios que permitan digitalizar lo que se escribe en las libretas.

Moleskine es líder de su categoría porque habla de sí mismo a través de quienes utilizan sus productos. Su marca y su identidad se basa en sus consumidores y en sus colaboradores. Esto es evidente incluso en la decisión de colocar el logo, muy sutilmente, en la parte posterior de cada cuaderno; como diciendo “esta libreta se trata de ti, no de nosotros”. Estas son formas muy interesantes de conectarte con una audiencia que valora la creatividad, la sutileza, los detalles. Y más importante que eso, son estrategias que aseguran lealtad y reconocimiento.