¿Se puede proteger la creatividad con Ingenios?
Uno de los temas que más ha sonado en las redes sociales estos días es el proyecto de ley conocido como Código Ingenios. Artistas, escritores, músicos, creativos, ingenieros, abogados… se han sumado al debate en plataformas como Twitter y Facebook, con posturas a favor y en contra. Pero, ¿de qué se trata esta propuesta? ¿Qué desafíos representa para quienes trabajan con creatividad y la innovación?
El nombre completo de este proyecto es Código Orgánico de Economía Social de los Conocimientos, la Creatividad y la Innovación.
Entre otras cosas, este código propone considerar al Internet como servicio básico, promover el uso de software libre, e impulsar el derecho a compartir conocimiento.
Algunas personas que trabajan con creatividad, ya han hablado a favor de este proyecto de ley. Uno de ellos es el cantautor Juan Fernando Velasco, así como la Sociedad de Autores y Compositores del Ecuador.
También la Asociación Ecuatoriana de Software (Aesoft) dijo apoyar esta propuesta, luego de haber debatido ampliamente sobre el tema y sus posibles repercusiones. Con la llegada de un segundo borrador, la Asociación dio su respaldo.
Organizaciones de software llegan a acuerdos sobre Código Ingenios https://t.co/Ea4L5FM9Sj tienes que verlo 👌🏻 #CódigoIngenios
— Tecno Boy (@TecnoBoy_Ec) July 18, 2016
Pero muchas personas y empresas han expresado su preocupación por algunos artículos de la propuesta de la Asamblea.
Preocupados, qué pasará con el audiovisual ecuatoriano #CodigoINGENIOS #alertaCodigoIngenios @CodigoINGENIOS @IEPI_Ecuador @HernanNunezR
— 2bLatam (@2bLatam) July 14, 2016
María Gabriela Campoverde, CEO del estudio jurídico de propiedad intelectual y agencia de manejo de marca Crealegis, nos explica que este proyecto reemplazaría a la actual Ley de Propiedad Intelectual, que está en vigencia desde 1998.
Para ella, la nueva propuesta se adapta mejor al contexto y necesidades del país que la actual norma.
María Gabriela dice que este proyecto continúa respetando el marco legal de acuerdos supranacionales. “Se reconocen expresamente los derechos de propiedad intelectual, inclusive en muchos casos de forma más precisa, por lo que continuaremos con una fuerte base legal para defender, proteger y ejercer estos derechos”.
Sin embargo, encuentra problemáticos algunos artículos del proyecto, como el 111, que crea un derecho irrenunciable para el autor sobre cualquier obra creada bajo relación de dependencia (u obra por encargo). Consiste en que el autor-empleado debe recibir el 10% de los beneficios.
Con un ejemplo, María Gabriela explica por qué esto podría ser perjudicial:
“En el caso de una agencia de publicidad ecuatoriana que crea logos por solicitud de sus clientes, y tiene sus empleados dependientes a quienes ha contratado para este trabajo a cambio de un salario, estabilidad laboral, beneficios de ley, utilidades del 15% de toda la operación (haya trabajado en todo o no), además el empresario tendría que cancelar el 10% de los “beneficios” por cada logotipo que un cliente le solicitó”.
“Esto lo que va a generar es que el empresario considere bajar los salarios y otorgar comisiones del 10%, independientemente si el empleado hizo uno o diez logos en el mes, o que el empresario busque en otros países cercanos un diseñador freelance al que le cancele por obra sin riesgo de atarse a dicho porcentaje. Es así como Ingenios pierde en algunos casos la perspectiva y termina afectando y abusando a sus propias industrias”.
Para esta abogada, el mayor desafío para las industrias creativas y culturales es informarse y asesorarse adecuadamente del marco jurídico que entre o se encuentre en vigencia.
“La necesidad de la formalidad en los creativos, conlleva el educarse en sus derechos de propiedad intelectual y en los de terceros. Las consecuencias para quienes trabajan con creatividad, con o sin el proyecto aprobado, son: incurrir en una disputa jurídica, exponer a un conflicto legal a sus clientes, y no aprovechar las normas que los favorecen”.
Con todo este bagaje de por medio, este proyecto de ley entra en debate para saber si formará parte del juego de reglas que nuestra industria debe aprender a seguir. Aunque seguramente aporta a la protección de las ideas que salgan de nuestro mercado, también puede llegar a afectar a diversos actores que forma parte de la industria de la creatividad en Ecuador.