Rompiendo fronteras: dos creativos en Miami
El bromance entre Ricardo Casal y Juan Javier Peña comenzó durante la Universidad Casa Grande, mientras trabajaban en las agencias Coleto (Ricardo) y La Facultad (Juan), en Guayaquil. Luego de su primer proyecto notaron que «era muy cómodo trabajar juntos» porque tenían la misma visión de la carrera, las mismas ganas y un plan de vida común.
Así, participaron juntos en 27 concursos estudiantiles de todo el mundo; aunque al principio no les fue muy bien. «Perdimos 25, fue un desastre. Hay por ahí un par de esas ideas que las defendemos a muerte hasta hoy», recuerdan.
Pero esos dos concursos que sí ganaron fueron un punto de quiebre importante en sus vidas. Uno de esos les dio una beca para la Escuela de Creativos de Argentina (La Escuelita), donde cursaron un posgrado graduándose con las mejores notas. A partir de ahí las puertas se abrieron. Juntos, entraron a TBWA a hacer unas pasantías y luego los llamaron de DAVID cuando la agencia iba a abrir.
En esta agencia con sede en Miami, han podido trabajar —Ricardo como Director de Arte y Juan Javier como Copywriter— con grandes marcas: desde Coca-Cola, hasta Powerade, Staples, Milka y Heinz. De hecho, ellos fueron parte importante de la creación del spot Wiener Stampede de esta marca, transmitido durante el Super Bowl 2016; escogido por AdAge como el mejor comercial de esta edición del evento.
Aunque ese fue uno de los grandes retos, todo lo que han hecho en Miami ha significado un aprendizaje importante en sus carreras. Para ellos, cada proyecto significa un constante aprendizaje y va dejando una anécdota o lección.
Por ejemplo, recuerdan con especial cariño un proyecto realizado para Coca-Cola en Navidad donde dieron como regalo, sorpresas que le cambiaron la vida a cinco personas. «Sentir que la carrera nos dio la oportunidad de hacer algo así fue increíble, no vamos a entrar en detalles de quién pero durante esa filmación hubo muchas lágrimas porque todas las sorpresas fueron reales, las reacciones son reales, todo fue natural, reunimos a un chico que fue adoptado cuando era un bebé, con su padre biológico. Fue un momento indescriptible».
Juntos tienen varias metas: un Grand Prix en Cannes, un Black Pencil, un Gran Prix en el Cóndor y un Oro con una campaña para Barcelona Sporting Club.
¿Qué es lo que los llevó a destacarse y brillar en otro país? Creen que la clave es atreverse. «También hay que perder el miedo y lanzarse, así no todo salga como se tenía planeado, de todo se aprende. Nunca hay que perder las ganas de mejorar».
Además, creen que es importante la pasión por lo que hacen, que es el motor que los impulsa día a día a dar lo mejor. Esta lección —dicen— la aprendieron de grandes personajes de la publicidad. «Cuando estábamos trabajando en Ecuador los veíamos con admiración y nos parecían muy lejanos: Gastón Bigio, Anselmo Ramos, Joaquín Cubria, Ignacio Ferioli, Anita Ríos o Diego Medvedocky. Hoy eso cambió, son personas con quienes hemos tenido el lujo de haber compartido o trabajado y de quienes hemos aprendido mucho».
También dicen haber aprendido valiosas lecciones de personajes locales que «han demostrado que con respeto, pero sin miedo, se van abriendo caminos fuera del país»: Álvaro Noboa, en Honduras; Alejandro Peré, en Chicago; Daniel Pérez, en Brasil; Santiago González que ahora viajará a México; o el equipo de Maruri, que ha ganado en festivales internacionales por varios años consecutivos.
Pero Ricardo y Juan Javier creen que hay que ir más allá para «romper fronteras». Para ellos, es necesario empezar a romper los esquemas de la industria dentro del país. «Hay mucho talento que sale porque en Ecuador no les dan mucha pelota, a veces son menospreciados porque son ecuatorianos o porque son muy jóvenes».
¿Qué los haría regresar a Ecuador? Venir a abrir Casal+Peña, un nombre que por ahora han pensado para su propia agencia; aunque creen que aún no es el momento. «Tenemos mucho que aprender antes de volver».
