Rompiendo fronteras: Santiago González, un joven León que ruge en México

 Rompiendo fronteras: Santiago González, un joven León que ruge en México

Tras tres años de trabajo, dos Ojos de Iberoamérica, dos Cóndor y 10 leones ganados para Ecuador, a Santiago González, de 24 años, se le abrió una puerta que no puede dejar de cruzar: la oportunidad de trabajar en México. A finales de este mes, Santiago dejará Guayaquil y tomará un avión hacia el D.F., donde será Senior Copywriter en Ogilvy.

Dejar el país es un sueño; pero dejar a su dupla de años —Francisco Cevallos— y a su segundo hogar, Maruri, lo pone “feeling”. Irse de aquí, para él, es como madurar porque debe dejar su comfort zone y enfrentar solo un nuevo terreno. «Es una mezcla de sentimientos encontrados cuando dejas de ver a las personas… No solo a Francho, sino también a todas las personas dentro de Maruri, porque el grupo es muy unido».

Los primeros pasos de Santiago en publicidad se dieron en enero de 2013, cuando ganó el Young Lions. Luego trabajó seis meses en Gripe y en julio de 2013, llegó a Maruri, donde estuvo hasta inicios de este año, cuando dejó la agencia para enfrentar este nuevo reto.

Durante ese tiempo en Maruri fue parte de los equipos que ganaron 10 leones, dos Ojos de Iberoamérica y dos premios Cóndor. Además, el año pasado quedó octavo en la lista de Cannes de los mejores redactores, seguido por su dupla, Francisco.

¿Cuáles son sus metas en México? Santiago quiere «seguir trabajando full» y apunta a realizar buenos trabajos creativos para clientes exigentes. «Quiero sacarle el jugo a estas cuentas con las que voy a trabajar». Además, seguirá apuntándole a Cannes con la agencia y hacer carrera en México, para luego saltar a otro lugar. Su siguiente destino soñado: Estados Unidos o Europa.

Santiago cree que sus experiencias de trabajo y las personas que se cruzaron en su camino en Ecuador son las que lo han formado y las que permitirán que dé lo mejor de sí mismo en México. Recuerda que en Gripe llegó a ser mano derecha de su entonces jefe, Andrés Aguilar, de quien aprendió tanto como de los clientes. «Soy un creativo que no se queda en la oficina, sino que sale, encara, habla, discute y presenta».

En Maruri, Pipo Morano y Eduardo Maruri fueron como mentores para él. En la universidad, Enrique Rojas fue clave para su formación. En la vida, Fransciso Cevallos fue clave para llegar a donde está: «hasta finales de sexto curso quería ser abogado y fue Francho quien me dijo no, estudia publicidad. Y ahora estoy aquí».

Thalie Ponce

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